El Arte de Comer: Sabe Usted Cómo Hacerlo

Puede que le sorprenda el planteamiento, pero después de leer el siguiente artículo, tal vez reflexione sobre sus hábitos actuales y trate de adoptar nuevas costumbres buscando un bienestar para su salud. Toda decisión que usted toma repercute en su vida y eso también esta relacionado con su manera de comer y lo que come. Desde su opción a elegir entre una comida en casa acompañado con su familia o hacerlo sin compañía en un lugar de comida rápida por falta de tiempo.
Indice
¿Considera que Mastica bien los Alimentos?
     ¿Donde Desviamos el Camino?
     ¿Es Importante Masticar Correctamente?
     Preste Atención
El Mal Hábito del Postre
¿Estoy Combinando mal los Alimentos al Comer?
Otros Hábitos que nos Condenan

¿Considera que Mastica bien los Alimentos?


Comencemos por algo sencillo, masticar los alimentos, si nos centramos en está simple acción debemos tener un patrón de comparación así que retrocedamos a nuestra niñez, en esta etapa de iniciación, los alimentos se mantenían en la boca por el tiempo suficiente para que quedarán deshechos y solo entonces se tragaban con facilidad.
También comenzábamos con porciones pequeñas, sin saturar la boca y fáciles de masticar.

¿Donde Desviamos el Camino?


En algún momento, comienza la influencia de nuestros padres y el entorno, exigiendo velocidad, dando como resultado: llenar la boca con un mordisco o porción, medio masticar y tragar casi instantáneamente, acelerando el proceso de comer.
Mientras más grande sea la cantidad de alimento que introduce en la boca mayor será el reflejo de tragar, ya que automáticamente tratamos de despejar las vías.
Todo con el fin de darle más tiempo a las actividades que reclaman urgencia. Esto se va justificando y afianzando, para dar espacio al entretenimiento, los estudios, las tareas del hogar y el trabajo.

¿Es Importante Masticar Correctamente?

El masticar puede brindarle información sobre su propio cuerpo, si esta consciente del proceso. La salivación puede producirse antes de llevarse el alimento a la boca, ya que el deseo por comer algo estimula su producción. Aunque lo normal es que la salivación se produzca después que el alimento entra en contacto con la lengua, donde las papilas gustativas trasmiten el sabor y desencadenan la síntesis de saliva.
La ptialina es una enzima que se encuentra en la saliva y es la encargada de degradar los hidratos de carbono, en un medio alcalino, si esto no sucede la tarea se delega a una próxima fase sobre cargando el organismo.
Con más frecuencia de lo que se espera, encontramos personas que no producen suficiente saliva bien porque han bloqueado la estimulación de la glandulas que la segregan o por falta de hidratación.
La sustitución de la saliva por el consumo de bebidas, mientras se come, pretende que el agua o cualquier otra sustancia disuelva los alimentos mientras se mastican y así tragar rápidamente.
La saliva también contiene mucina, que tiene varias funciones: como protector de las superficies duras (dientes) y blandas (vías digestivas), antibiótico y antiplaca. En otras palabras quiere decir que al masticar y formar el bolo alimenticio empapándolo en saliva, protegemos nuestros dientes de la formación de placa y además se lubrica y da mantenimiento al tracto digestivo.

Preste Atención

El llamado en este primer punto es a disfrutar del momento de la comida, evitando distracciones como la radio, la televisión, el teléfono, la computadora o incluso leer la prensa. Prepárese psicológicamente para recibir los alimentos en el mejor estado anímico posible.

El Mal Hábito del Postre


Le sorprende el título? Pues debería. Al igual que el comer rápido, comer un postre es una mala costumbre que ha sido adquirida y aceptada sin justificación real.
De hecho el masticar muy rápido puede originar que el cerebro no registre la satisfacción de comer y haga que la digestión de la comida se procese lentamente, por lo cual continuará con ansiedad y debido a que un postre significa un pico de glucosa en sangre el cuerpo demandará el dulce.
La realidad es que no lo necesita y contrario a lo que se piensa debe evitarse ya que interfiere con la asimilación de los nutrientes.
En lugar de pensar en un postre al final de la comida es recomendable incrementar el consumo de verduras y vegetales durante la misma.

¿Estoy Combinando mal los Alimentos al Comer?


La mayoría de nosotros está acostumbrado a comer un buen plato de comida donde se observan alimentos con diferentes características. Todo ha sido elaborado para exaltar la experiencia del paladar. A pesar de esto muchas de las combinaciones obligan al cuerpo a realizar procesos digestivos opuestos.
Para comprender este concepto digamos que se le pide supervisar una tarea delicada en la planta y también al mismo tiempo elaborar un informe financiero urgente de una actividad diferente. Es como estar en dos lugares distintos a la vez. Su mente y sus sentidos estarían divididos.
Y seguramente dirá pero yo no hago eso al comer. Entonces analice lo siguiente, los nutrientes suelen clasificarse según su composición química en: carbohidratos (almidones y azúcares), proteínas, grasas (aceites), vitaminas y sales minerales.
Como se señalo en un principio los carbohidratos activan una respuesta de producción alcalina en la saliva para ser procesados.
Las proteínas para digerirse requieren de un medio ácido (pepsina y ácido clorhídrico producidos por su estomago). Aquí es donde viene la gran confusión, como se sabe el ácido y lo alcalino son medios contrarios y se neutralizan entre si.
La composición del jugo gástrico varía según lo que se come. Si ambos tipos de alimentos se consumen juntos, uno de los dos no se procesará bien, esto acarrea alteraciones en el tracto intestinal.
De hecho conlleva a una sobre producción de ácido, espesando la sangre y haciendo mas difícil la respiración. En fin todo un derroche de energía que se desaprovecha y congestiona el organismo.
La mayoría de los platos cotidianos acompañan carnes (proteínas) y pasta o arroz (almidones – carbohidratos-), incluso en el desayuno cotidiano se suele combinar jamón y pan.
Los nutricionistas señalan incluso que los alimentos farinaceos (afines a la harina) deben consumirse un tipo a la vez. A saber estos son: 1) Centeno, Cereales: trigo, maíz, cebada, arroz. 2) Tubérculos: boniato, patata (batata). 3) Legumbres: lentejas, judías o alubias, guisantes y habas.
Lo mismo es aplicable a las proteínas (no deben combinarse tipos de carnes diferentes) y a las grasas (nueces, quesos, leche, mantequilla, aceites…).
Son excluyentes mutuamente el consumo de grasas, azucares y proteínas.

Las frutas deben consumirse solas.
La leche debe evitarse ya que solo está indicada en el período inicial, asociada al proceso de desarrollo infantil.
Los líquidos deben administrarse fuera de las comidas.
En conclusión, pueden combinarse los vegetales con grasas o carbohidratos; los vegetales con las proteínas y nada de carbohidratos con proteínas. Frutas siempre solas.
Un ejemplo típico y factible en cualquier sitio público sería una orden de pollo (carne o pescado) sin papas fritas, ni arroz ni pasta pero con abundante ensalada verde y verduras, con aderezo suave y poca sal.


Otros Hábitos que nos Condenan


Todo abuso al comer da pie a un desequilibrio químico en el cuerpo, esto propicia la aparición de: fallas en el sistema circulatorio, diabetes, obesidad, procesos anémicos, deterioro del sistema inmunológico, desgaste oseo prematuro, desorden neurológico y perdida de la visión.
Hay que resaltar que hábitos como fumar un cigarrillo después de comer, suelen adquirirse por personas que también comen muy rápido dado que su metabolismo no asimila los nutrientes con facilidad y la ansiedad refuerza el hábito de fumar.
El fumar y el tomar café parecen estar asociados, pero solamente con el café, que contiene xantinas,  está sometiendo a su cuerpo a una posible desmineralización y descalcificación.
Respétese a si mismo atendiendo puntualmente a su horario de comida, recuerde que el desayuno es fundamental para comenzar el día con energía.
Todo retraso en las comidas produce un aumento de azúcar en sangre y disminuye la respuesta de insulina favoreciendo la aparición de diabetes.
Los desordenes alimenticios aumentan el estrés y pueden desencadenar episodios de ansiedad y depresión, por lo general terminan en compulsión, es decir el deseo de comer en mayor volumen y conllevará a un aumento de peso.

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